Publicado el por en Comunidad Salud y Humanidades Digitales.

El pasado 7 de noviembre la Comunidad GrinUGR “Salud y Humanidades Digitales” organizó  la Mesa redonda “Jóvenes y Salud ¿combatir o compartir los riesgos?”. Esta actividad se realizó en el marco de la XI Reunión Internacional – I Congreso Virtual de Investigación Cualitativa en Salud, CUALISALUD-14 promovido por  la Fundación Index. El evento, que fue emitido vía streaming, contó con la participación de profesionales de la salud de España, México, Brasil, Reino Unido, Colombia, Perú y Chile.

Los tres ponentes de la mesa redonda reflexionaron críticamente y desde perspectivas diferentes y complementarias, sobre los conceptos de salud, bienestar y percepción de riesgo de los jóvenes, haciendo hincapié en los factores macrosociales y microsociales que inciden en su calidad de vida. En el debate se pusieron de relevancia las incongruencias del estado, políticas públicas, marco legislativo, instituciones y sociedad en general que repercuten negativamente en el bienestar de los jóvenes. En este contexto, se plantearon alternativas razonables para hacer frente a las problemáticas juveniles, desde una marco dialógico que implique a los propios jóvenes como activos para la salud. Un elemento transversal en las tres presentaciones fue la utilización de los diseños cualitativos como instrumento para la generación de evidencias útiles, pertinentes y contexuales para promover el bienestar de los jóvenes.

 

Sandra M. Hernández explicó el modelo teórico “Riesgo con-sentido” que se construyó a partir de los resultados de un estudio etnográfico que pretendía clarificar la noción de riesgo que tienen los jóvenes participantes habituales en el llamado botellón. El riesgo consentido alude a la forma en que los jóvenes tienden a autogobernar la conducta colectiva del consumo de alcohol. El concepto de “límite” es pues la clave para entender la idea que los jóvenes se construyen en torno a la posibilidad de beber bebidas alcohólicas como forma de divertirse en colectividad. La conciencia del límite es lo que garantiza el disfrute en plenitud de este recurso asociado ineludiblemente a la fiesta sin asumir riesgos.  La definición del modelo teórico supone una ruptura que obliga a replantearse las estrategias con que se aborda el fenómeno del botellón. Un de las estrategias es explorar las posibilidades de modelos integradores que han probado su eficiencia en otros campos, como son los programas de minimización del daño de la droga que ponen énfasis en la reducción de riesgos. En cuanto al modelo de intervención educativa, el caso concreto del personal de salud se trata de transitar de una relación monológica basada en la prescripción del estilo de vida, a una relación dialógica sustentada en la negociación de los límites a partir de los significados de los jóvenes.

Mariano Hernán desde una perspectiva salutogénica nos habló del modelo positivo de salud y bienestar psicológico de los jóvenes.  Su aproximación al microsistema y a los estilos de vida de la juventud a través de diseños cualitativos, nos desvela aquellas capacidades, talentos y recursos individuales y colectivos que tienen los jóvenes para fortalecer su autoestima y cuidar su salud. Según sus hallazgos, se pueden clasificar tres tipos de activos: del Ser y del estar (tener metas personales), del hacer (actividad física, comer sano) y del tener (recursos para generar resistencia grupales o individuales). Se exaltan 9 cuestiones claves para trabajar con el  modelo de activos en salud: El concepto de salud integral: salud física y emocional, Activos para la salud, calidad de vida y credibilidad de los contenidos de salud en internet, Asesoraramiento y alfabetización, la visión de los social media e internet sobre estilos de vida de la juventud, herramientas para potenciar la conversación, herramientas para participar, herramientas para el aprendizaje en salud, nuevas formas de investigación (e-investigación). Finalmente se exalta el papel de los entornos de aprendizaje informales donde están inmersos los jóvenes, y la importancia de aproximarnos a su mundo a través de vías de comunicación como las redes sociales.

José Palacios a través de la sociología posestructuralista analizó el consumo de sustancias como un espacio de experimentación para  el estado, gobierno y sociedad. Se refiere a las adicciones como un síndrome cultural occidental, de cómo se construye el sujeto moderno. Desde un perspectiva crítica, explica la influencia del modelo neoliberal en las formas en que se viene abordando el consumo: énfasis en la prevención, criminalización del consumidores, y énfasis en el modelo bilógico para proporcionar salidas terapéuticas.  Por otro lado, argumenta como la complejización del fenómeno del policonsumo, amerita la utilización de diseños de  investigación cualitativa, que exploren el sentido y significado de las prácticas, que se pregunten  cómo los jóvenes perciben sus propios consumos y que identifiquen aquellos umbrales o límites que se puedan negociar con los jóvenes  a través de espacios de debate y diálogo. Por otro lado, se argumenta como las problemáticas de consumo de alcohol, van más allá de una cuestión de valores, ya que reflejan una juventud guetizada que consume como una forma de contestación o dominación social. Finalmente se proponen  nuevas formas de experimentación y acercamiento  al fenómeno del consumo a través de la etnografía como diseño de investigación cualitativa que al estar conectado con la cultura, valores, sentidos y significados, puede repercutir en los cambios sociales.

Fotografías por Airam Amezcua con licencia Creative Commons atribución.

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